Espero recaudar algo de dinero. Pienso utilizar el dinero para comprar alimentos y productos de primera necesidad en el supermercado y llevarlos a un centro de acogida donde se llevarán a las zonas afectadas.

La gente que vive en esas zonas ha perdido, en el mejor de los casos, su coche. Se han registrado 100.000 desaparecidos. Pero muchos han perdido todo el contenido de su casa, su vivienda, su negocio, su escuela o a un ser querido.

Han visto cadáveres en la calle, en coches o amontonados.

En algunas zonas aún no hay electricidad ni agua. Tienen que hacer cola durante horas o caminar kilómetros para conseguir comida.

Las zonas ahora apestan a aguas residuales, ya que la inundación ha destruido los sistemas de alcantarillado y se ha mezclado con el barro. Infecciones como el tétanos son ahora un peligro.

Por la noche, los residentes hacen turnos para mantenerse despiertos, ya que los ladrones asaltan casas y tiendas por su propia desesperación. Por la noche no hay presencia policial. Para intentar conciliar el sueño, llevan máscaras dobles que reducen el olor de las calles. Se pasan el día moviendo barro y haciendo cola para recibir comida.

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