Queridos amigos,

Me dirijo a vosotros en un momento de gran necesidad y desesperación. Mi familia, junto con muchas otras del Líbano, se enfrenta a una realidad insoportable. Sus casas han sido destruidas y ahora se enfrentan a la amenaza de perder la poca seguridad que les queda. Mi abuela, de 74 años, es una de las personas que ahora corren el riesgo de ser echadas a la calle, simplemente porque otra persona puede pagar un alquiler más alto.

Vivimos en un mundo en el que nadie debería pasar por esto, nadie debería verse obligado a elegir entre la seguridad y la supervivencia. Mi deber como ser humano, como amigo y como nieto es hacer todo lo que pueda para ayudar a estas familias, y por eso he puesto en marcha una recaudación de fondos para darles la oportunidad de vivir con seguridad, sin el temor de quedarse sin hogar por problemas económicos.

Les pido, de todo corazón, que consideren la posibilidad de contribuir. Ya sea con una pequeña cantidad o simplemente compartiendo este mensaje, cada acto de bondad puede marcar la diferencia. Personas como nosotros, con los mismos sueños, esperanzas y miedos, no merecen ser tratadas de esta manera. Nuestras madres, nuestros padres, nuestros hijos, no son sólo números, son seres humanos que están sufriendo.

Unámonos para ayudar a estas familias a encontrar un rayo de esperanza en la oscuridad. Que Dios les bendiga y nunca permita que ni ustedes ni sus seres queridos experimenten lo que estas personas están viviendo ahora.

Gracias de todo corazón.