Queridos amigos y gente amable,

Mi nombre es Zvonimir. Soy de Croacia y extiendo mi mano para pedir ayuda en un momento en el que no tengo otra opción.

En 1991 estalló una guerra brutal en mi país. Participé como civil en el servicio obligatorio, ayudando a nuestro esfuerzo de defensa en todo lo que podía. En marzo de 1992, fui gravemente herido en la rodilla. Desarrollé osteomielitis y sepsis, y durante meses mi vida pendió de un hilo. Estuve en coma leve con fiebre alta constante durante casi cuatro meses. Gracias a médicos expertos y a la misericordia de Dios, sobreviví.

Pero el camino hacia la recuperación fue largo y doloroso. A lo largo de los años, me sometí a varias operaciones serias y finalmente me implantaron una prótesis de rodilla. Como ya no podía trabajar, me dieron una pensión de invalidez, extremadamente baja y no suficiente para vivir.

Más tarde, tuve que someterme a otra operación de prótesis de rodilla cuando se desgastó el primer implante. Esta fue mucho más complicada, con más metal y una recuperación más dura. Ahora me cuesta mucho caminar. Se espera otra operación para dentro de uno o dos años, y mi salud general está muy deteriorada.

Nunca pensé que acabaría en una situación en la que tendría que pedir ayuda de esta manera. No es fácil escribir estas palabras, pero la verdad es que mis ingresos son demasiado bajos y los gastos básicos (comida, alquiler, facturas) son más de lo que puedo soportar. El Estado no ofrece un apoyo adecuado a las víctimas civiles de la guerra, y me siento como si me hubieran olvidado.

No pido mucho. Incluso una pequeña donación mensual, si fuera posible, marcaría una verdadera diferencia en mi vida. Cualquier cosa que des me ayudará a cubrir medicinas, comida y electricidad. Les agradezco de todo corazón que hayan leído mi historia.

Que Dios les bendiga.

Con gratitud,

Zvonimir