Como padre, mis hijos son mi mayor tesoro. Verlos felices, jugando y llenos de vida es la chispa que necesito cada día para energizar mi estado de ánimo y empujar hacia días mejores. Creo que esto es cierto para otros padres como yo. En los países del tercer mundo se invierten pocos recursos, o ninguno, en apoyar el desarrollo infantil fuera de las aulas escolares y los centros de salud tradicionales. Muchos niños, especialmente los de familias pobres que viven en lugares rurales como Kenia, crecen sin aprender ni interactuar nunca con sencillos juegos destinados a mejorar y desarrollar sus habilidades motrices, su creatividad y su desarrollo físico. De hecho, en muchos hogares, lo único que pueden hacer los niños, después del horario escolar, es ver la televisión o simplemente sentarse en casa a comer y dormir. Esta situación me preocupa, y tras mi experiencia viviendo en Finlandia los últimos nueve años, he decidido utilizar mi experiencia para influir en el modo en que nuestros niños de la localidad en la que vivo deberían crecer expuestos a parques especialmente diseñados para mejorar su creatividad, sus habilidades motoras y su desarrollo físico. Por este motivo, hago un llamamiento a todos los bienintencionados, a los amantes de los niños y a todas las personas de buena voluntad para que apoyen mi causa de construir el primer parque infantil del distrito de Rongo, en el condado de Migori, en la región occidental de Kenia. Les doy las gracias