Me interesa mucho la psicología, así que puedo describir mucho de lo que me pasó, pero son sólo palabras. No puedo comprenderlo emocionalmente ni sentir compasión por mí misma.

Me siento deshumanizada, como algo que se puede pisar, mirar por encima, olvidar. Como si mis límites nunca hubieran existido. No sé cómo expresar la magnitud del peso de todo por lo que estoy pasando, siento que es demasiado para mí. Realmente necesito ayuda y es la primera vez en mi vida que tengo el valor de pedirla.

La chica de la foto soy yo en mi infancia. No puedo decir que sea yo cuando era niña porque nunca me sentí como tal. No me trataban como tal.

Me trataban como si estuviera rota de alguna manera, como si tuviera que cuidar de mí misma, criarme desde el primer día en esta tierra.

Y así lo hice. Todos eran indiferentes a mis necesidades e incluso me hacían sentir mal por tenerlas. Dejé de tener necesidades. Las borré.

Actué para todo el mundo, actué como si supiera tanto, como si pudiera con todo.

Nunca lo tuve todo controlado, pero durante mucho tiempo creí que sí. Era un cyborg, no un niño. Silencié mi autenticidad. Silencié a la niña que llevaba dentro.

Ignoré sus necesidades, como todo el mundo.

Tengo 22 años y mi cuerpo por fin está despertando de ese estado de congelación.

Su dolor, el dolor que ha estado enterrado durante tantos años, grita ahora a través de mí. A través de mi cuerpo.

Solía pensar que era emocionalmente madura desde muy joven.

Pero la verdad es que me disociaba.

Era como un robot, o un zombi.

Maté a esa niña.

El dolor que viene en oleadas ahora es a veces de otro mundo.

Estuve congelada demasiado tiempo.

Y ahora es insoportable y, sin embargo, de alguna manera tan familiar.

Es un recordatorio de que las cosas nunca estuvieron bien.

Que siempre ha dolido tanto.

Y ahora que me he dado cuenta de lo que me hicieron y de lo que he seguido haciéndome no puedo seguir así. No puedo seguir haciéndome daño.

A la persona más cercana a mí. Mi pareja.

En verdad, nunca me ha visto.

Porque él tampoco se ve a sí mismo.

Él también está congelado.

Pero aún no experimenta lo que yo.

Pero sé que está llegando para él también.

Tuvo una infancia parecida, y siempre vi mucho de mí en él.

Sólo ahora empiezo a darme cuenta de lo que eso significaba realmente.

Pero esta parte de mí que ha estado cerrada durante tanto tiempo...

experimenta su falta de cariño y su corazón cerrado como una muerte reciente cada vez que lo recuerda. Discutimos mucho porque retrocedo por todo este dolor.

Y cuando no me duele exteriormente, me congelo y

no participo realmente en la vida sólo finjo hacerlo.

Y mi cuerpo está cada vez más agotado.

Igual que esa niña.

Y la odio. Odio mi vitalidad.

No puedo ayudarla. No puedo ayudarme a mí misma.

La persona que más me importa me desprecia, mis sentimientos, mis necesidades, mis luchas.

No sé cómo tratarme de otra manera.

Así que yo también me doy la espalda. Y el ciclo vuelve a empezar.

Hasta que al final me quemo de tanto estrés.

No puedo más.

No quiero seguir haciéndome daño a mí misma ni a mi pareja.

Aunque actúe como si no le importara, sé que le importa.

Ya he pasado por eso. Hice lo mismo encerrada, desconectada.

Necesito tomarme un descanso de mi pareja durante un tiempo o quizás más.

Sin embargo, soy completamente dependiente porque no tengo a donde ir.

Aunque pudiera permitirme alojarme en un hotel, me da un miedo terrible dormir sola, especialmente ahora, en este momento de mi vida en el que soy increíblemente vulnerable. Siento peligro por todas partes. Necesito dinero para terapia, medicación, comida para mí y para pagar la habitación a mi pareja, como si fuéramos compañeros de piso. No puedo ir a trabajar. Ahora no. Pero quiero ser independiente de todo el mundo durante al menos dos meses y centrarme en mí misma. Si soy dependiente lo más probable es que vuelva a ser una niña pequeña. Por favor, ayúdame a independizarme durante un tiempo para que pueda valerme por mí misma de verdad. De lo contrario, no lo conseguiré. No puedo hacerlo completamente sola, y me siento más sola cuando estoy con los más allegados. Con el dinero, quiero poder estar ahí para mí, encontrarme a mí misma de nuevo y no sentirme tan completamente sola. No quiero seguir odiándome.

Necesito que alguien se preocupe, aunque sea un poco. Que no estoy sola en este mundo. Da miedo. No puedo estar para mí misma. No puedo estar para mí cuando a cada paso mis personas más cercanas me recuerdan que no soy importante.

En esos momentos, me odio como si no hubiera piedad y, al mismo tiempo, tiemblo de miedo a mí misma y a la energía del odio que fluye de mí hacia mí.

No puedo abrazar a esa niña que llevo dentro. Déjala morir, ella no importa. Ella es la culpable de que nadie la quisiera nadie la tratara como a un ser vivo.

Con dinero puedo intentar darme el espacio para estar conmigo misma.

Para cuidar de esta niña que llevo dentro.

Para mostrarle quizás por primera vez

que ella importa.

No es sólo dinero. Me dará el derecho a vivir. El derecho a ser importante, a ver lo humano que hay en mí y a mirarme con bondad.

Alguien está invirtiendo en mi bienestar'. No puedo describir lo verdaderamente feliz que me hace sentir este pensamiento. Me hace sentir lo que necesitaba cuando era niña. Que soy importante y me cuidan.

Esto lo significa todo para mí, y lo digo en serio, porque tengo mucho miedo de que me abandonen de nuevo.