Hola a todos,

Nunca pensé que llegaría aquí un día, a menudo decimos que sólo le pasa a otras personas, pero aquí estoy hoy.

Después de 6 años de amor, cuatro de los cuales los pasé llevando un anillo que debía sellar una promesa. Una promesa de futuro, de apoyo, de construir juntos. Entonces llegó nuestro bebé, poniendo nuestro mundo patas arriba, iluminando nuestras noches tanto como acortándolas.

Al principio, no podía ver el desequilibrio. El amor y la esperanza lo cubrían todo. Eché mano de mis ahorros para el día a día, para las facturas, para lo inesperado. "Es sólo temporal", me decía a mí misma. Pero pasaban los meses y siempre estaba contento pagando el alquiler, guardando dinero para un futuro que yo ya no podía ver.

Cada gasto pesaba un poco más, no tanto en mi cuenta bancaria -que ya estaba vacía- como en mi corazón. Me estaba endeudando mientras él ahorraba. 7.000 euros después, no más ahorros, pero sí discusiones y amenazas constantes, a pesar de que ni siquiera llevábamos un año viviendo juntos y nuestro bebé apenas tenía 10 meses.

《 Hago lo que puedo 》 me digo cada día, pero hoy ya no puedo más. Pude bajar mis deudas a 5.000 pero cuando me digo a mí misma que no me compadezco .

Vete a casa con tu madre".

Se ha convertido en su estribillo en cada discusión. Tres palabras lanzadas con desprecio, como si yo no perteneciera a este lugar, como si éste no fuera mi hogar. Y sin embargo, soy yo quien ha amueblado y decorado este piso y lo ha convertido en un hogar. Yo pagué todo, desde las cortinas hasta los platos, desde el sofá hasta la mesa donde compartimos tantas comidas. Un hogar construido con mi dinero, mi amor, mi energía.

Y ahora mis cosas están por toda la escalera, apiladas en bolsas de basura negras. Como si no valieran nada. Como si yo no valiera nada.

Lo regalé todo. Pagué la electricidad para que nuestra hija nunca durmiera en el frío, cubrí varios meses de guardería por mi cuenta, porque yo también trabajo y alguien tenía que cuidarla. Llené la nevera, pagué la compra, compré pañales, ropa, leche y orinales, porque él "no veía lo que había que comprar". Era como si viviera en una casa mágica donde todo aparecía sin esfuerzo.

Pero yo sí lo veía. Veía cómo mi cuenta se vaciaba mientras la suya crecía. Veía mi cansancio acumularse mientras él se contentaba con pagar el alquiler y considerarlo suficiente. Veía su indiferencia crecer, sus ojos endurecerse con cada discusión.

Y ahora veo esas bolsas de basura, abiertas en las escaleras, mi ropa mezclada con los recuerdos de una vida que había llevado a distancia.

Se ha pasado de la raya. Esta vez, no voy a volver a casa de mi madre para descansar. Esta vez, me voy para siempre. Porque un amor que me echa como basura nunca fue realmente un amor.

Así que ahora aquí estoy, pidiendo ayuda a desconocidos porque no puedo volver decentemente con mis padres con una deuda, sin ahorros y con un bebé.

Sólo seré una carga para mis padres, que ya tienen que cuidar de mis hermanos y hermanas.

Si esta recaudación alcanza el importe de mi deuda estaré encantada y si lo supera podré mudarme tranquilamente a un nuevo hogar para mi hija y para mí y amueblarlo de una vez. No aspiro a más ya que trabajo y podré cubrir nuestras necesidades diarias una vez saldada mi deuda.

Pueden ayudarme a dejar este hogar que me ha vaciado la confianza en mí misma y ha vaciado mis cuentas.