Hola, me llamo Eunice.

Soy madre soltera y una mujer que se ha esforzado al máximo cada día, incluso en los días en que he sentido que ya no tenía nada que dar.

Durante los últimos años, he cargado con el peso de las deudas, la sanación emocional, la presión del trabajo y la maternidad, todo a la vez, como muchas de nosotras. He hecho todo lo que he podido para mantener a mi hija, una niña brillante y cariñosa que me hace seguir adelante incluso en mis días más oscuros. Pero recientemente he llegado a un punto en el que me he dado cuenta de que no puedo seguir haciéndolo sola.

Sé que hay tantas causas importantes en el mundo ahora mismo, y siento una profunda simpatía por cada persona que intenta salir adelante de sus propias batallas. Nunca imaginé que me vería en la situación de pedir ayuda de esta manera, pero en este momento no veo otro camino.

No se trata sólo de dinero. Se trata de recuperar mi paz, mi salud y el futuro que quiero construir para mí y para mi hija.

Ahora mismo, me enfrento a las deudas que crecieron al intentar mantenerlo todo por mi cuenta -alquiler, facturas, necesidades básicas- y poco a poco me han quitado el sueño, la salud y la capacidad de respirar libremente. He trabajado duro, he sacrificado el descanso, he ignorado mis propias necesidades y he luchado contra el dolor, pero la verdad es que estoy cansada. Cansada en mi cuerpo, en mi mente y en mi alma.

Si te sientes llamado a apoyarme, ya sea haciendo un donativo o simplemente rezando, te lo agradezco desde lo más profundo de mi corazón.

No es fácil para mí pedir esto, pero creo que pedir ayuda es un acto de valentía, no de vergüenza.

Con amor y esperanza,

Eunice