Soy una joven de 21 años que abandonó el hogar familiar a los 18 debido a una situación insoportable: un padre violento y una madre ausente. Cuando tomé esta decisión, me propuse compaginar mis estudios de Derecho con un trabajo de estudiante. Sin embargo, tuve que interrumpir mis estudios por fobia social: me atacaron a la salida del trabajo y luego una mononucleosis me obligó a hacer una larga pausa, impidiéndome volver al trabajo.

Sin ingresos estables, tuve que volver a vivir con mi madre, pero ella no tardó en pedirme que me marchara. Para mantenerme, acepté un trabajo fijo, abandonando definitivamente mis estudios. Durante más de un año y medio, mi vida se paralizó: mis horarios de trabajo ya no coincidían con los de mis amigos, mi vida social se vino abajo y mis sueños se extinguieron.

Decidida a volver a estudiar, elegí la vía del curso en alternancia. Sin embargo, con un sueldo de 1.070 euros, incluidos los 140 euros de amortización del crédito cada mes, me cuesta llegar a fin de mes. A 8 de mes no tengo ni para comer bien. No me atrevo a pedir ayuda a nadie, consumida por la vergüenza de no poder arreglármelas sola. Mis problemas financieros me están envenenando hasta el punto de que no veo ninguna salida.