Sin un tratamiento caro me queda poco tiempo, la vida sin respirar es sencillamente imposible. Sin su ayuda, estoy acabado, no tengo fondos para pagar el tratamiento y el tiempo se acaba. Ya no puedo permitirme vivir.

He pasado los últimos años sobre todo salvando a mi madre luchando contra dos cánceres. Por desgracia, hoy no puedo ayudar a mi madre de ninguna manera, ni siquiera llevarla al médico o visitarla en cualquier momento. Me aterra mi impotencia, mi inutilidad. Siempre obediente, responsable, pero ahora una ruina de persona, dependiente de los demás.

Salvándome a mí, salvarás también a mi madre. Mi tiempo empieza a reducirse y, de algún modo, no me veo muriendo a una edad tan temprana.

Las clínicas privadas ofrecen una posibilidad de tratamiento, pero los costes del mismo son enormes. A eso hay que añadir la vida cotidiana: la vida, los honorarios, las medicinas, los suplementos, el equipo de rehabilitación y los viajes para ayudar a mi madre. Durante muchos años salvé gatos callejeros - ocho se quedaron conmigo - es un coste enorme de tratamiento y mantenimiento. Están conmigo gracias a buenas personas que se ocupan de alimentarlos, limpiarlos, llevarlos al veterinario, jugar con ellos todos los días. Yo no soy capaz de caminar ni 3 metros, y mucho menos de cuidar de ellos. Es difícil creer que algo pueda apartar de repente de la vida a una persona tan capaz. Caminaba por la montaña, nadaba, montaba en bicicleta, amaba el bosque y la naturaleza. Estaba en todas partes, no bajaba el ritmo. ¿Puedes creer que construí una casa? ¿Que me encantaba hacer muebles de madera e incluso construir un cenador y una terraza? Salvaba animales, tenía un huerto con mis propias frutas y verduras y, de repente, me quedé sin nada. Todo se quedó atrás, no tengo fuerzas para cuidar de mí misma, y mucho menos para terminar lo que estaba haciendo.

EPOC, tuberculosis de la que no tenía ni idea, todo empezó durante la pandemia y, como saben, el acceso a los médicos era imposible en aquella época.

Me aterra no poder ayudar a nadie en nada, necesitar cuidados constantes y, sin embargo, tener una madre enferma. Ella me necesita. A alguien como yo no se le puede poner en un sitio, apartarle de la vida. Probablemente si no fuera por mis seres queridos, ya no tendría fuerzas para luchar por mí misma, pero a pesar del dolor, de la falta de aliento, de la falta de sueño porque la enfermedad a menudo no me permite ni tumbarme... intento seguir mirando a la vida y coger los guantes para luchar cada día. Por mi madre, por mis seres queridos.

Muchas gracias a todos por toda vuestra ayuda, estáis salvando algo más que a mí. Cada ayuda que me dais me acerca más a la salud. Por favor, cuídense, cuiden su salud porque es lo más importante para todos. Sin ella, todo va mal.