Me llamo Stefano Profili, tengo 39 años, soy camarero y me enfrento a una difícil decisión:

la casa de mi abuela, que fue el corazón de nuestra familia durante años, está ahora en estado crítico. No tengo medios económicos para reformarla y, si no encuentro una solución, me veré obligado a venderla. El problema es que el producto de la venta, en estas condiciones, ni siquiera alcanzaría para comprar otra casa.

Mi familia no tiene medios económicos para pagar la reforma. Por eso me dirijo a ustedes. Mi sueño es poder revivir esa casa, no sólo para tener por fin un lugar propio, sino sobre todo para mantener viva la memoria de mis abuelos y el alma de un lugar lleno de recuerdos.

Renovando esta casa, tendría dos posibilidades:

1. Venderla a un precio justo, lo que me permitiría comprar una casa nueva.

2. O, y esta es mi mayor esperanza, poder vivir allí yo mismo, preservando la historia de mi familia y dando futuro a un pasado que merece seguir vivo.

Incluso una pequeña contribución puede marcar la diferencia. Le agradezco de todo corazón su tiempo y cualquier ayuda que pueda ofrecerme.