En una sociedad ideal, todos los niños deberían tener acceso a alimentos, atención sanitaria, educación y un entorno seguro en el que crecer. Por desgracia, la realidad es distinta para muchos niños con discapacidad que proceden de familias necesitadas.

A diferencia de otros niños, los niños con discapacidad necesitan tratamientos especializados, equipos médicos, terapias y asistencia. Estas cosas son caras y muchas familias no pueden permitírselas.

Muchos niños con discapacidad proceden de familias con bajos ingresos, en las que los padres o bien no pueden trabajar por la necesidad de cuidarlos, o bien no tienen recursos para proporcionarles una vida digna. Estos niños no sólo necesitan apoyo médico, sino que también se enfrentan a la falta de alimentos, ropa o material escolar.

Para un niño discapacitado, el acceso a la educación ya es difícil debido a las barreras físicas y sociales. Al carecer de los recursos necesarios, muchos de ellos no tienen acceso a una educación adecuada, lo que reduce sus posibilidades de un futuro mejor.

Los niños con discapacidad suelen ser marginados y tratados de forma diferente. Con nuestras donaciones, no solo les damos apoyo material, sino que les demostramos que no están solos y que la sociedad les apoya.

No hace falta donar grandes sumas de dinero para marcar la diferencia. Un paquete de comida, ropa, material escolar o incluso un gesto de apoyo pueden significar mucho para estos niños. A través de la solidaridad, podemos darles la oportunidad de una vida mejor y más digna.

Ayudando a estos niños, ayudamos a construir un mundo mejor, más humano y compasivo.